+ SOBRE TRIBOULET

EL PROYECTO

Hugo escribe “Le roi s’amuse” y la obra es inmediatamente censurada porque el rey y su circulo son retratados con poco respeto, demasiado libertinos, indiferentes, egoístas… Corría el año 1832. ¿Y hoy? En nuestros días, en los que los vicios de los hombres de poder no escandalizan a nadie, tanto que ya no es necesario esconderlos, ¿hoy por qué contar esta historia? Porque en realidad tampoco en nuestros tiempos queremos oír hablar de indiferencia y egoísmo, sobre todo si somos nosotros del “primer mundo” los que estamos bajo acusación. Nosotros, tan orgullosos de nuestro progreso y de nuestra riqueza, no queremos saber de quien es la piel gracias a la cual nos hemos hecho ricos, preferimos olvidar quien se ha quedado aplastado para permitir que nosotros vivamos en el bienestar, es más fácil voltear la cabeza hacia el otro lado, porque en fondo no es asunto nuestro… nuestros hijos están bien… Esta obra querría ser un pretexto, un motivo, hecho de imágenes y música, para reflexionar sobre nosotros mismos.
Teatro Strappato empieza en el 2018 a pensar en una adaptación de la obra de Hugo, en como poder sacar su núcleo vivo, en como hacer surgir el corazón del drama que hoy en día puede seguir siendo una fuerte denuncia de los horrores de la conducta humana. A principio del 2020 la compañía empieza a ensayar y a crear las máscaras de “Triboulet”… en ese momento el mundo entero da un giro, parece que se detiene, el estreno programado en Berlin para noviembre 2020 se pospone, el trabajo de producción se interrumpe y cuando se retoma a mediados del 2021 la razón de ser de este espectáculo cobra aún más sentido, resulta evidente… “Triboulet”, una obra sobre la manipulación, es más necesaria que nunca pero mientras tanto el mundo ha cambiado y el trabajo empieza por la re escritura de la dramaturgia. El arma, la gran herramienta de la manipulación es la información y todo, absolutamente todo, es posible gracias a un juego de prestigio, a la ilusión, a la convicción de que verdad e información son la misma cosa.
Inevitablemente, acercarse a “Le roi s’amuse” significa encontrar también a Verdi y su “Rigoletto”, transposición operista del texto de Hugo.
La compañía empieza entonces a trabajar a dos niveles: por un lado la idea del espectáculo es la de elaborar los contenidos del texto original en la dirección de llevar a la escena unas “bestias humanas”, cegadas por el egoísmo y enjauladas en sus propios engaños, verdugos sin escrúpulos, victimas solo de si mismas; por el otro lado la chispa creativa se desarrolla en el darle voz a los personajes, a sus sentimientos, a sus acciones a través de una re-escritura para cinco instrumentos de la potencia musical de Verdi. Estos monstruos modernos serán movidos por la fuerza desgarradora de la guitarra eléctrica, serán empujados por la batería, envueltos en el universo de sonidos del acordeón, el clarinete les hablará con su voz vivaz y poética y serán arrastrados sin pausa por el conmovedor chelo. Los momentos dramáticos y cómicos se alternan sin interrupción y los aspectos más inquietantes y los más ridículos surgirán espontáneamente en el desarrollo de la acción, en el cambio de los cuadros.
La expresividad de los cuerpos hace estallar la fuerza de las máscaras, tanto la cómica como la trágica, máscaras que son usadas como rostros, que tienen prótesis que les transforman, máscaras como cabezas que se mueven solas, máscaras como figuras independientes, máscaras como personajes completos. Los protagonistas forcejean la “jaula” del escenario, jaula que ellos mismos se crean eternamente, sin variaciones… y en algunos momentos parecerá que bailen, que luchen y que sufran pero estarán siempre solo interpretando la farsa de la vida.
El mensaje que llegará del escenario es cifrado, el espectáculo está lleno de llaves de lectura, cada uno encontrará su pista, las historias que florecerán en las cabezas serán infinitas, la semilla lanzada tomará innumerables formas… una vez más el Teatro será comunicación.

LA MÚSICA PARA TRIBOULET

La historia de Hugo alberga una fuerte metáfora política que resulta dramáticamente actual, un juego de indiferencias, manipulaciones y poder. Con este ovillo de miseria hoy tejemos nuestro mundo y vivimos sin prestar atención al dolor que causamos, nos convertimos en un engranaje de una maquina de consumo y las harmonías verdianas mutan y renacen en esta nueva narración de Triboulet con un tono “industrial”, inquietante y a la vez divertido. La orquesta, el coro y los cantantes son sustituidos por la guitarra eléctrica, el acordeón, el violoncello, el clarinete y la batería. El proyecto musical inicia con la adaptación de las partituras, y concluye con la grabación de la nueva versión con el fin de poder presentar el espectáculo tanto con la música en vivo como grabada.

LA RELACIÓN CON LA MÚSICA

En el año 2015 Teatro Strappato empieza un trabajo de investigación y experimentación que marcará profundamente todas la producciones sucesivas de la compañía. Se trata de una profundización, en un cierto sentido extrema, de su trabajo sobre la expresividad del cuerpo del actor. El nuevo reto es reducir el texto, dejando espacio al movimiento y abriendo nuevos horizontes a la relación con la música en escena. La compañía lleva a cabo una busqueda en la dirección del “gesto coreografiado”, para desarrollar una sensibilidad para la música que potencie las capacidades expresivas de los actores.
Las acciones de los personajes son el resultado del movimiento y la música, la escena habla y cuenta emociones a través de las imágenes.
No es danza, no es mimo, no es teatro musical, es un modo nuevo de hablar en el que no se necesitan palabras.

SOBRE EL AUTOR VENE VIEITEZ

Vene Vieitez comienza en el año 2005 con su primer texto teatral, “Cuando volver no existe”, un trabajo dramatúrgico dedicado a temáticas sociales, creando de esta forma un puente entre su formación en sociología y teatro. Con el tiempo madura un estilo tanto analítico cuanto irónico que consolidará con los trabajos de Teatro Strappato, compañía que funda junto a Cecilia Scrittore en el año 2011 y dirige en sus dos direcciones de investigación.
Teatro Strappato trabaja por un lado en un lenguaje nuevo, que busca las posibilidades expresivas actuales de las mascaras en escena, y por otro lado mantiene una mirada curiosa hacia el pasado, llevando adelante una investigación sobre los arquetipos humanos en la historia del teatro y sobre el uso de la máscara como instrumento para la identificación de estos mismos arquetipos. Siendo la máscara un elemento central en el trabajo de investigación tanto histórica como experimental de Teatro Strappato, Cecilia Scrittore y Vene Vieitez se dedican también al diseño y elaboración de estas mascaras de cuero.

SOBRE EL COMPOSITOR JUAN MIGUEL MURANI

Juan Miguel Murani comienza a estudiar piano a los 5 años de edad. Estudia en el Conservatorio de Música de Murcia con Miguel Baró y Anselmo de la Campa. Tras obtener el «Título Superior de Piano» en Murcia es becado por el gobierno español para continuar su formación en Moscú durante 7 años, estudiando en el Conservatorio Tchaikovsky y más tarde en la Academia Rusa de Música Gnessin, las dos instituciones musicales más prestigiosas del mundo.
Finaliza sus estudios de piano y composición en el Gnessin obteniendo el «Master en bellas artes» con Honores (máximas calificaciones en todas las disciplinas del instituto), siendo por ello el primer pianista europeo que gana el «Premio Rojo», la suprema consagración de esta institución. Sus profesores de piano han sido Margarita Fedorova (discípula de Neuhaus) en el Conservatorio Tchaikovsky y Nikita Yujanin y Valentina Zvereva (discípula de Gutman) en el Genessin. En música de cámara ha sido alumno del renombrado Georgi Fedorenko.
Además de las más grandes salas españolas ha ofrecido recitales a nivel internacional en ciudades como New York, Chicago, Calgary, Londres, París, Toulouse, Edimburgo, Viena, Munich, Bratislava, Moscú y en festivales de piano internacionales como «Piano aux Jacobins» o «Piano Passion». Como solista de orquesta, ha tocado con las siguientes formaciones: St. Bridge’s Chamber Orchestra de Londres, «Virtuosos de Moscú», Orchestre Sinphonique de Pau, Camerata de Amsterdam, Filarmónica de Wroclaw, Sinfónica de Castilla y León, Orquesta Filarmonía de Madrid y Sinfónica de Murcia.
Ha ofrecido alrededor de 300 recitales, siendo por ello uno de los pianistas más prolíficos de España.

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